sábado, 9 de abril de 2011


Anteriormente a un tú
Yo misma era el objeto de mis abrazos (...)
en los cuales mis rodillas se contraían alcanzandome el pecho,
mi cabeza se incrustaba en mis pulmones y mis brazos rodeaban a todo lo ya descrito,
tal raíz.
Así volvía a introducirme a mi misma, en un lapsus de auto- protección.
Retorno.
Feto.
Volver a simular algo que nunca he sido, mi madre.

Salvando(me)
Tus ojos desembocaron en mi espalda (...)
la que tú poco a poco fuiste volteando, permitiendome entresacar una sonrisa.

Que por un infinito es tuya.


(déjame ser la madre de nuestras estrellas)




Cuando llueva iremos por unas galletas no?